sábado, 14 de junio de 2008

Dando Pasos...

Caminante, no hay camino; se hace camino al andar, al andar, y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar…

Sí amigos, hoy me siento ‘viejo’. Y es que en estos dos días se han ido sucediendo los hechos, que, por otro lado, durante años ansías alcanzar, pero que, cuando llegan, te dejan un pellizco en el estómago y una pregunta en la cabeza: y ahora, qué?
Son muchos 5 años estudiando una carrera, o pocos… Y todos ellos se juntan en tu cabeza, en un pasar de recuerdos, en el día de tu graduación. Gente con la que hace 5 años estabas sentado en ese mismo sitio y mirabas como extraños y hoy despides como compañeros, como ‘colegas de profesión’ y como amigos.
Éste ha sido el día de mi graduación, el día en el que le dices a la sociedad: estoy aquí, te sirvo para algo? Pero en el que a la misma vez tú estás pensando si realmente eres válido… No es nigún final, sino un comienzo de todo; no se cierran puertas, sino que se abren muchas más.
El día de tu graduación es una paradoja en tu vida. Crees que es un final, una llegada a la meta. Con los ojos cansados y el agotamiento del último esfuerzo, sostienes feliz tu trofeo. Que nadie te hable hoy de nuevos desafíos. Sin embargo, te aguarda un maravilloso descubrimiento: este final te ha puesto exactamente en un principio. Hoy la sociedad te presenta su intenso abanico de posibilidades. Aduéñate de él, recórrelo, hazlo tuyo. Te lo mereces: tómalo.

Hoy ha sido un gran día. Gracias a mi familia, gracias a todos los que directa e indirectamente habéis compartido conmigo éste día y todos los días en los que, poco a poco, me he ido acercando a esta ‘meta’.

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